Dune
Hablar de Dune es un esfuerzo, probablemente inútil. Decenas, o cientos de críticos, autores, editores... en general, lectores, han comentado por encima y por debajo esta novela. Han desgranado todos sus detalles y la han deconstruido al completo. ¿Por qué entonces esta reseña? Creo que es justo que hoy en día, cuando parece que Dune ha quedado "allá", bajo toda la vorágine de novedades y publicaciones que nos ahogan cada mes; sacar a la luz un clásico que se ha ganado cada una de las letras de ese concepto me parece una buena idea.
Dune es una saga que rompió los esquemas editoriales sobre la ciencia ficción. Un tomo de más de 600 páginas y encima parte de una saga. Obviando su calidad, Herbert recibió todo tipo de negativas para publicar su obra (que si no me equivoco había publicado por entregas en una revista de ciencia ficción llamada Analog) y que acabó publicando en un solo tomo en una editorial que publicaba manuales de coches. Después de publicar El dragón en el mar, 1957), Herbert empezó a interesarse por una zona repleta de dunas en los EEUU donde unos biólogos trataban de contener la arena de las dunas utilizando ciertas plantas que fijaban la tierra. Esta fue una de las semillas que dio origen a la conocida saga Dune.
Dune es una de esas novelas que se componen de cientos de pequeñas piezas, detalles, obsesiones e investigaciones fueron dando fruto. Herbert tenía muchas inquietudes y la gran mayoría se ven reflejadas en la novela. Estas inquietudes se representan de forma casi literal, como hemos dicho antes, el tema ecológico (de ahí a que se cite a Dune siempre que se habla de ciencia ficción ecológica) o por ejemplo el respeto (o impresión) que le causaron ciertas mujeres en su vida y que se ve representado con las Bene Gesserit, una especie de mujeres que tienen poderes psíquicos y que utilizan la religión para tener un papel importante en la política o la percepción extrasensorial como poder psíquico. Esto disminuye el concepto de ciencia ficción de la novela.
Esto me lleva a preguntarme, por qué Herbert utilizó un escenario de ciencia ficción para su novela. Sus inquietudes eran concernientes a su tiempo y se podrían haber representado con una ucronía, o con una novela de fantasía ucrónica. Cuando se habla de Dune se suele hablar de "fantaciencia". Ciencia ficción donde la tecnología se ve superada por detalles como los poderes psíquicos, o las facultades mentales o físicas de algunos personajes. Además de que la trama es una intriga palaciega al mas puro estilo "derrocar emperador malvado" (¿Os suena esta trama? ¿No? ¿George Lucas?) ¿Era para Herbert más sencillo construir su mundo en un mundo futuro? Es cierto que hay un par de novelas que se sitúan 3500 y 5000 años en el futuro, pero esto sucede a posteriori (sabemos que Herbert pasó 20 años escribiendo los 6 libros de Dune). Quizá fuera porque la ciencia ficción empezaba a pegar fuerte, a independizarse de las revistas. Quizá porque la fantasía no estaba muy bien vista, los autores de ciencia ficción que se pasaban a esta solían escribir pastiches de mitología nórdica o arturiana (de mayor o menor calidad). Pero creo que Dune podría haber sido una novela de fantasía excelente.
Otro concepto rompedor en cuanto a la ciencia ficción de entonces, es que en Dune se prohíbe el uso de tecnología, si bien es cierto que viajan con naves espaciales, no utilizan ningún tipo de ordenadores, por ello existen personas con habilidades, como los Mentat, personas con habilidades mentales muy desarrolladas que hacen el trabajo que podría hacer una calculadora.
Dune tiene una ambientación apabullante y probablemente infinita (de ahí que el hijo de Herbert tirara del chicle de la saga sacando pastiches que no han tenido muy buena aceptación), imperios milenarios, galaxias enteras por descubrir y un complejo sistema político intergaláctico. Además, podéis encontrar los famosos gusanos de Dune, que hablando claro: son la leche.
En conclusión, Dune es una lectura alucinante, exigente por la cantidad de temas presentados y las múltiples lecturas de la novela (que no de la trama, aparentemente sencilla), pero que consigue tener nuestro corazón en un puño y emocionarnos con ese planeta desértico llamado Arrakis. El ritmo de la lectura es irregular, hay fragmentos que se leen con soltura, repletos de acción y otros en cambio con reflexiones filosóficas o descripciones sobre el enorme universo formado por Herbert.
Os dejo en Arrakis, protegidos con vuestros destiltrajes. Yo me voy a mi rincón oscuro que tengo un buen chute de gomjabbar esperándome y una Bene Gesserit esperándome para decirme no sé qué de un futuro héroe.
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